Las bursas son pequeños sacos gelatinosos que se encuentran en todo el cuerpo, incluyendo alrededor del hombro, el codo, la cadera, la rodilla y el talón. Estos sacos contienen una pequeña cantidad de líquido, y están ubicados entre los huesos y los tejidos blandos, actuando como almohadillas o amortiguadores para ayudar a reducir la fricción entre las partes móviles de las articulaciones del cuerpo.
¿Qué es la Bursitis?
La bursitis, un trastorno doloroso que afecta a las pequeñas bolsas rellenas de líquido alrededor de las articulaciones, puede causar molestias significativas en diversas áreas del cuerpo, como el hombro, el codo y la cadera. También puede manifestarse en lugares como la rodilla, el talón y la base del dedo gordo del pie. Este problema es especialmente común en las articulaciones sujetas a movimientos repetitivos.
¿Cuáles son las causas de la Bursitis?
1. Sobrecarga o uso excesivo: La bursitis a menudo ocurre cuando una articulación se somete a un estrés repetitivo. Esto puede ser causado por actividades como lanzar una pelota, levantar objetos pesados o pasar mucho tiempo de rodillas.
2. Lesiones por golpes o caídas: Una lesión aguda, como una caída o un golpe directo en la articulación, también puede desencadenar bursitis.
3. Debilidad muscular: Mantener una mala postura durante largos períodos de tiempo por debilidad puede poner una presión adicional en ciertas articulaciones, lo que aumenta el riesgo de desarrollar bursitis.
4. Infecciones: Aunque menos común, las infecciones bacterianas o fúngicas pueden causar inflamación en la bursa, lo que lleva a la bursitis infecciosa.
¿Cuáles son los síntomas de la Bursitis?
Los síntomas típicos de la bursitis incluyen dolor en la zona afectada, aumento de volumen en la articulación, enrojecimiento de la piel circundante y sensibilidad al tacto o al movimiento. En algunos casos, puede observarse una limitación en la movilidad, especialmente en articulaciones como el hombro.
¿Cuál es el tratamiento de la Bursitis?
Para tratar la bursitis aguda, que no está vinculada a una infección, se emplean diversas estrategias destinadas a reducir el dolor y mejorar la funcionalidad de la articulación afectada:
- Kinesiología: La terapia kinesiológica se utiliza para disminuir el dolor y restaurar la movilidad y funcionalidad del hombro u otra articulación afectada.
- Reposo e Inmovilización Temporal: En casos de dolor intenso, es recomendable el reposo y la inmovilización temporal de la articulación mediante una férula u otro dispositivo adecuado.
- Aplicación de Frío: La aplicación de compresas frías en la zona inflamada puede ayudar a reducir la inflamación y aliviar el malestar.
- Medicamentos Antiinflamatorios No Esteroideos (AINE): Los AINE, disponibles con o sin receta médica, son eficaces para reducir la inflamación y aliviar el dolor asociado con la bursitis.
- Prevención de Movimientos Repetitivos: Evitar movimientos repetitivos de la articulación afectada puede ayudar a prevenir la exacerbación de los síntomas de la bursitis.
Si experimentas síntomas de bursitis o molestias persistentes en tus articulaciones, es importante buscar atención médica o kinesiológica para recibir un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado.
Si tienes diagnosticada esta lesión y necesitas tratamiento, te recomendamos evaluarte con nuestros kinesiólogos para determinar el mejor tratamiento personalizado para tu caso.