Rotura del Tendón de Aquiles: Causas, Síntomas y Tratamiento Kinesiológico
Descubre cómo tratar y prevenir lesiones
Publicado el: 6 de marzo de 2024| Autor: Sport Salud
¿Qué es la Rotura del Tendón de Aquiles?
El tendón de Aquiles es el cordón fibroso que conecta los músculos de la pantorrilla con el hueso del talón, permitiendo acciones como caminar, correr y saltar. Una rotura del tendón puede ser parcial o completa, y ocurre generalmente cuando el tendón es sometido a un estiramiento excesivo o un movimiento brusco, especialmente durante actividades deportivas que implican explosiones de fuerza o cambios rápidos de dirección.
Causas de la Rotura
Las principales causas incluyen:
- Deportes de alto impacto: Deportes como el baloncesto, tenis o fútbol, que involucran saltos y cambios rápidos de dirección, son factores de riesgo.
- Lesiones degenerativas: Muchas veces, la rotura es el resultado de un proceso degenerativo que ocurre durante meses o años, producto de sobrecarga o mala preparación física.
- Edad y género: Esta lesión es más frecuente en hombres de entre 30 y 40 años, especialmente aquellos que practican deporte de manera ocasional o sin el acondicionamiento adecuado.
Síntomas
Los síntomas más comunes incluyen:
- Dolor intenso en la parte posterior de la pierna, justo sobre el talón.
- Hinchazón en la zona del tendón.
- Sonido de ruptura en el momento de la lesión, a menudo acompañado de una sensación de «estallido».
- Incapacidad para caminar o soportar peso en la pierna afectada.
Tratamiento
Protocolo de Recuperación Postoperatoria para Cirugía
Después de la cirugía, la rehabilitación kinesiológica es fundamental para:
- Reducir el dolor y la inflamación.
- Restaurar la movilidad del pie.
- Fortalecer el tríceps sural (músculos de la pantorrilla) y mejorar la flexibilidad
La reparación quirúrgica del tendón de Aquiles es una intervención destinada a reparar un desgarro o ruptura completa de este tendón, que conecta los músculos de la pantorrilla con el hueso del talón. La recuperación postoperatoria es esencial para restaurar la funcionalidad del pie y la pierna, así como para prevenir complicaciones o futuras lesiones.
Fase 1: Inmovilización y Control de la Inflamación (0 a 2 semanas)
Objetivo: Proteger la reparación y reducir la inflamación.
Inmovilización: Tras la cirugía, el paciente suele llevar una férula o bota inmovilizadora, manteniendo el pie en posición de flexión plantar (punta de pie). Esto alivia la tensión en el tendón reparado.
Reposo y elevación: Durante las primeras semanas, es fundamental mantener el pie elevado tanto como sea posible para reducir la inflamación y el riesgo de trombosis venosa profunda.
Control del dolor: Se administran analgésicos según la recomendación médica. La aplicación de hielo en la parte superior del yeso (nunca directamente sobre la incisión) puede ayudar a reducir el dolor e hinchazón.
Evitar la carga de peso: El paciente debe evitar apoyar el pie en el suelo, usando muletas o un andador según las indicaciones del médico.
Fase 2: Movilización Controlada y Carga Progresiva (2 a 6 semanas)
Objetivo: Iniciar movimientos suaves y progresar en la carga de peso.
Cambio a bota ortopédica: En esta fase, se suele cambiar a una bota ortopédica ajustable. La bota permite un ángulo de flexión plantar que se irá modificando poco a poco hacia una posición neutra.
Ejercicios de movilidad pasiva: Bajo la supervisión del kinesiólogo, se pueden iniciar movimientos suaves de flexión y extensión del tobillo sin carga para mantener la movilidad.
Carga parcial de peso: A partir de la tercera o cuarta semana, y siempre bajo supervisión, el paciente puede comenzar a apoyar parcialmente el peso en el pie afectado mientras usa la bota. El progreso en la carga debe ser gradual y controlado.
Fase 3: Recuperación del Rango de Movimiento y Fortalecimiento Inicial (6 a 12 semanas)
Objetivo: Mejorar el rango de movimiento y comenzar el fortalecimiento de los músculos de la pantorrilla.
Retiro de la bota: En esta fase, el paciente comienza a abandonar el uso de la bota ortopédica, avanzando hacia una movilidad independiente. Sin embargo, se recomienda el uso de plantillas o soportes de talón en el calzado.
Ejercicios de movilidad activa: Se incrementan los ejercicios activos de flexión plantar y dorsiflexión bajo la supervisión del kinesiólogo, buscando alcanzar un rango de movimiento completo sin dolor.
Fortalecimiento isométrico: Se introducen ejercicios isométricos de los músculos de la pantorrilla, que ayudan a reactivar la musculatura sin aplicar tensión excesiva sobre el tendón.
Carga completa: Dependiendo de la tolerancia, se permite una carga de peso completa en la pierna afectada hacia el final de esta fase, siempre que no cause dolor o incomodidad.
Fase 4: Fortalecimiento Avanzado y Reintegración Funcional (12 a 24 semanas)
Objetivo: Restaurar la fuerza, resistencia y funcionalidad para las actividades diarias y deportivas.
Fortalecimiento progresivo: Se incorporan ejercicios de fortalecimiento más avanzados para los músculos de la pantorrilla, utilizando resistencia progresiva como bandas elásticas, pesas y ejercicios de equilibrio.
Ejercicios de propiocepción y equilibrio: Se enfocan en mejorar la estabilidad y el control neuromuscular del tobillo, esenciales para prevenir futuras lesiones.
Entrenamiento funcional y pliométrico: En esta etapa, el paciente trabaja en ejercicios de mayor impacto, como saltos y trote suave. Este tipo de entrenamiento es fundamental para los pacientes que desean regresar a deportes o actividades de alta demanda.
Simulación de actividades deportivas: Para aquellos pacientes que practican deportes, el kinesiólogo diseñará ejercicios específicos que simulen los movimientos requeridos en su disciplina deportiva.
Cuidados Postoperatorios
Para asegurar una recuperación efectiva, es fundamental que el paciente siga ciertos cuidados y recomendaciones:
- Cuidado de la herida: Mantener la zona de la incisión limpia y seca. No mojar el área hasta que el médico lo indique.
- Compresión y elevación: Durante las primeras semanas, mantener el pie elevado y, si es posible, usar medias de compresión para reducir la hinchazón.
- Hidratación y alimentación adecuada: Una dieta rica en proteínas y nutrientes ayuda a la recuperación de los tejidos.
- Evitar el tabaco y el alcohol: Estos factores pueden ralentizar el proceso de cicatrización y recuperación.
- Visitas regulares al kinesiólogo y cirujano: Es importante acudir a las citas de seguimiento para ajustar el tratamiento y monitorear el progreso.
Consejo Sportsalud
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