¿Qué es?
En la tortícolis se produce una distonía o contractura mantenida, en donde los músculos que rodean la zona de la columna vertebral cervical se contraen involuntariamente, provocando que la cabeza se tuerza o gire hacia un lado.
¿Por qué se produce?
La causa de la tortícolis es desconocida. Sin embargo, se asocia a antecedentes familiares del trastorno o a lesiones en la cabeza, el cuello o los hombros.
También puede asociarse a movimientos bruscos de la cabeza y cuello durante la actividad deportiva, mantener o dormir con una “ mala postura”.
Existen factores que aumentan el riesgo, tales como tener más de 30 años y ser del sexo femenino.
¿Cuáles son sus síntomas?
El síntoma de tortícolis más evidente y llamativo es la incapacidad de mover el cuello de forma normal. Además, suele haber dolor que empeora con el movimiento, y es típica la rigidez del cuello. En ocasiones, la tortícolis puede ser tan exagerada que haga que un hombro esté más arriba que el otro, llegando incluso a contactar la mejilla con el hombro.
El mareo y el dolor de cabeza suelen aparecer de forma secundaria a la tortícolis.
¿Cuál es el tratamiento?
La tortícolis común es un cuadro muy molesto, pero por suerte es benigno y autolimitado, y muchas veces suele resolverse por sí mismo en una semana.
Mientras tanto, es conveniente no forzar los músculos de la zona, manteniendo un reposo relativo y realizando actividad adaptada a las molestias que percibamos.
En caso de que este dolor persista recomendamos tratamiento kinésico, donde se trabajará la musculatura tensa o contracturada, para mejorar la movilidad de la cabeza y cuello y el dolor en esta zona. Luego de esto, se deberá estimular musculatura específica para prevenir dolores mantenidos en el tiempo.